sábado, 26 de noviembre de 2022

Por qué no necesitábamos la LOMLOE

 Hace más de dos meses que no publico una entrada en el blog. Septiembre y octubre son meses complicados en las aulas, con la programación, conocer al grupo nuevo, si es el caso, y situarse en el centro si, como me ocurre a mí, estoy en comisión de servicios. Tareas que se llevan parte del tiempo libre y, por supuesto, todo el tiempo que dedicamos a lo educativo. 

Además, hay otro factor en este curso 22/23: el desconcierto que ha causado, en mí y en muchos compañeros, el despliegue normativo y el inicio de la aplicación en los centros de la reforma LOMLOE. Una ley innecesaria, hecha de espaldas a la mayoría del profesorado, confusa en conjunto  y, en mi opinión, mal redactada. Queda claro que entusiasta de la reforma no soy, precisamente.

A veces, me sucede como a aquel político que, en los setenta o primeros ochenta, dijo aquella frase que ha hecho fortuna: Yo ya no soy de los nuestros. Pues eso me pasa a mí: siempre he creído que estaba del lado de la renovación pedagógica, aunque no haya sido de planteamientos radicales. En mi carrera académica, mis años en la escuela, he intentado probar ideas nuevas, contrastadas, para ayudar a mi alumnado a mejorar sus aprendizajes, haciéndolos más amenos sin renunciar al rigor en mis planteamientos. He seguido algunas normas propias que no me han funcionado mal, entiendo yo. A continuación, las explico brevemente.

Siempre conviene evitar la rutina, al tiempo que se han de crear hábitos intelectuales y de organización del propio trabajo del alumnado. Vaya ejercicio de equilibrio. Para ello, se han de presentar aprendizajes relevantes. En ese sentido, una actividad que no justifica su interés, no se hace. El libro de texto es una propuesta, no las tablas de la ley. Sí, ya sé que resulta evidente, pero en mi trayectoria me he encontrado con compañeras que hacían todas las actividades de todas las unidades. No podemos ser meros administradores del libro. Para eso sirve cualquiera.

 He insistido en las técnicas de manejo de información, intentando aplicarlas a todas las áreas. Hoy mismo hemos elaborado un esquema sencillo a partir de un texto expositivo en tercero de primaria. Mi alumnado dice que les gustan los esquemas, y alguno suelta: Es que a Salva le gustan los esquemas.

He dado muchísima importancia a la lectura comprensiva. En este blog tenéis una decena de artículos sobre el tema, que he unido a la animación lectora. Los docentes de primaria somos, sobre todo, maestros de primeras letras y de cálculo. En ese sentido, he reflexionado también sobre la escritura y las tipologías textuales, abjurando del predominio abrumador de la narrativa en las propuestas de manuales de texto y buscando alternativas que permitieran empezar a dominar la producción autónoma de textos. 

Mi clase siempre ha tenido una buena biblioteca de aula, y la hemos usado muchísimo, dándole un lugar preeminente en la clase, accesible y bien visible. Este curso, en que me estoy encontrando muchas dificultades para trabajar al nivel que corresponde con el grupo que tengo, he mantenido la biblioteca desde el principio y va dando buenos resultados. Además, otro año más soy el bibliotecario del centro.

He tenido varios blogs de aula, y he intentado acercar la informática al alumnado en prácticas con sentido, más allá de ir al aula de informática. Reconozco que, en los últimos cursos, he dejado más de lado esta faceta, al estar en la dirección de un centro y encadenar esta etapa con los años de pandemia, que han supuesto en mi caso no disponer de aula de informática por desdobles en los niveles de primaria.

He participado en muchas iniciativas de renovación docente (la innovación, término que viene de la empresa, es otra cosa) y sigo vinculado a algunas asociaciones que se han dedicado a organizar jornadas, conferencias, trabajo en red buscando un cambio en las aulas y los centros. Y he sido asiduo de actividades formativas que me han llevado a visitar media España en cursos de verano, seminarios o congresos. Por resumir, digamos que no me he quedado en mi aula haciendo lo de siempre. Y este curso he cambiado parte de mi práctica para ajustarla a la realidad del grupo que tengo, con el que voy a aplicar trabajo cooperativo de manera continua: un nuevo aprendizaje para mí.

Y me confieso un tanto aturdido ante los giros que va dando la legislación en educación, así como la práctica de muchos centros en los que se toman decisiones sobre metodología sin consenso o apoyándose en modas o eslóganes. Será que me hago mayor, pero no entiendo que se haya cambiado de arriba abajo la manera de programar el trabajo en el aula sin una formación previa y exhaustiva. Es más, tampoco veo la necesidad de ese cambio, no era lo que la educación formal requería, a mi entender.

En Twitter hemos pasado dos meses viendo a profesorado angustiado por no saber cómo llevar a cabo la programación de aula ante las exigencias de la nueva ley. Acuciados, además, por el curso ya en marcha y con los curricula oficiales de cada comunidad autónoma recién salidos (el valenciano apareció a mitad de agosto) o aún por ser publicados en los diarios oficiales.

El cuadro aludido en el artículo, en
 https://www.eitb.eus/es/radio/
Es de una falta de sensibilidad pasmosa que, tras dos cursos de pandemia en que hemos sufrido mucho a nivel profesional se aplique esta reforma en el primer año de normalidad. Es un maltrato al profesorado, considerado como simple ejecutor de lo que algunas mentes brillantes han diseñado para las aulas españolas, sin tener en cuenta, una vez más, la cultura profesional de la docencia, y saltándose la idiosincracia de los centros educativos.

Para acabar de completar el cuadro, las editoriales han sacado sus libros que, salvo excepciones, son los mismos de la LOMCE pero camuflados de LOMLOE, con alguna situación de aprendizaje, sí, pero con el mismo esquema de presentación de la información que siempre. Animo a quien quiera a que haga una investigación sobre los manuales de primaria, que son los que conozco.

Una reforma así requería, además de consultar al profesorado de manera efectiva, dos años para prepararla, con trabajo conjunto en los centros, reuniones deliberativas para llegar a unos acuerdos metodológicos y plantear alternativas creíbles a las unidades didácticas. Muchos no sabemos -ni se nos explica de manera clara- delimitar una situación de aprendizaje de la que emanen saberes, competencias específicas y a la que aplicar una evaluación bastante distinta a la que hacemos. 

Las reformas educativas de arriba abajo no son efectivas, está demostrado. Si además se pretende implantar una organización del aprendizaje similar al trabajo por proyectos, sin formación previa y con prisas, no le auguro mucho éxito a esta LOMLOE. 

Y quien dice esto ha escrito varios artículos contra la LOMCE, y no es contrario a la LOGSE. Pero una reforma que recuerda al cuadro de Delacroix, La libertad guiando al pueblo, cuando el pueblo es el profesorado y los cabezas de huevo son la mujer alegoría de la libertad, no es la solución. 

4 comentarios:

  1. Ojalá se pudiera plantear un cambio tan profundo como propones, pero eso no puede ocurrir si no hay compromiso político (para hacer un proyecto serio y duradero y con la financiación suficiente). Me da la sensación de que no necesitábamos la lomloe y a estas alturas no necesitamos ninguna ley. El profesorado ya tiene asumido que es papel mojado, con fecha de caducidad y difícilmente trasladable a la realidad. Creo que puedes tener la conciencia tranquila, ya que intentas hacer lo posible por dar lo mejor de ti para tus alumnos. Enhorabuena.

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    1. Muchas gracias por tu comentario. La falta de rigor de las administraciones educativas es un lastre que arrastramos, ciertamente. Al final, cada uno hace lo que cree y puede; pero así no se cambia la educación en un sentido positivo. Seguiremos insistiendo, claro.

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  2. "Una reforma así requería, además de consultar al profesorado de manera efectiva, dos años para prepararla, con trabajo conjunto en los centros, reuniones deliberativas para llegar a unos acuerdos metodológicos y plantear alternativas creíbles a las unidades didácticas."
    Has dado en la diana de lleno, maestro.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias, compañero. Me alegra saber que muchos compartimos este punto de vista. Un abrazo de vuelta.

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