domingo, 12 de junio de 2022

Jornada OCRE en Valencia: un resumen (II)

 Proseguimos con la crónica de la jornada OCRE celebrada en Valencia en mayo de 2022. En un primer artículo, hablamos de la ponencia inicial y de la primera mesa redonda, que giró en torno a la política educativa a un nivel global, analizando las tendencias que llevan a la implantación de las competencias básicas y sus implicaciones en la práctica docente.

Como dijimos, hubo tres mesas redondas más sobre otras temáticas. La segunda de la mañana fue sobre aspectos didácticos de la innovación educativa. Me llamó la atención la reflexión de Rosa Cañadell, que comparto, acerca del deslizamiento terminológico con respecto a la innovación: hemos pasado de hablar de renovación pedagógica (con todos los movimientos así llamados, MRP, en los setenta, ochenta y noventa) a innovación, término que es más propio de la empresa. Es revelador este dato, aunque no concluyente; Cañadell habla de una "nueva innovación educativa". 

El problema, entiendo yo, es que si todo es innovador, nada lo es en verdad, porque ya no hay novedad; y la novedad, en sí misma, no asegura ni el éxito ni la potencialidad de generalización de las prácticas. Recuerdo aquí aquellas recomendaciones acerca del uso de las tecnologías en educación: sí, siempre que aporten valor añadido. Esto es de mi cosecha, que conste. En este sentido, Josep Barceló afirmó que una innovación ha de mejorar el aprendizaje para que sea considerada como tal e insistió en la necesidad de crear espacios metodológicos novedosos más que simple aplicación de tecnología.

Cañadell se refiere a las CCBB como un requisito del mundo económico; este enfoque supone, para la ponente, un menosprecio del conocimiento, de la memoria, del papel del profesorado y de la clase magistral. Además, se confunde el constructivismo con el trabajo por proyectos. Una visión crítica con ABP y CCBB que, junto con los ámbitos, fueron atacados por la mayoría de participantes, no todos, en este congreso. Esa fue la tónica en la segunda mesa, con aportaciones de otros participantes, como Olga García y Beatriz Rabasa. Esta última habló de John Hattie y el aprendizaje visible para el profesorado, que yo había oído sin situarlo demasiado. También participó Olga García, coautora del libro Escuela o barbarie, quien cuestionó el ABP con diversas razones.

Por la tarde habló Octavio Prieto, profesor de economía en enseñanzas medias y una de las razones por las que fui a la jornada, ya que no nos conocíamos en persona, solo a través de Twitter, donde hace años que nos seguimos. No defraudó Octavio, al defender la necesidad de formación psicológica y pedagógica para el profesorado, además de su área de conocimiento experto. Para esa formación continua, hay que seleccionar bien las lecturas y optar por conocer investigación rigurosa en educación y en ciencias sociales.

Me gustó mucho esa reivindicación de la formación como necesidad y no como opción, que viene a reafirmar que no basta con "dar clase": hay que distanciarse de la práctica en el aula para mejorarla, comparando y viendo qué se dice desde la investigación social.

Por su parte, Ángel Vallejo, profesor de filosofía y miembro de la junta directiva de la Red Española de Filosofía, nos habló de Trofim Lysenko, director del Instituto de Genética de la Academia de Ciencias en la extinta URSS, como ejemplo de gurú sin base científica, pero aupado al éxito por intereses del régimen. Trazó un paralelismo con los gurúes educativos actuales, sin citar ninguno. Me pareció una aportación original y despuntó entre las demás intervenciones, sin duda.

Vamos terminando con algunas intervenciones más. Enrique Galindo se refirió a un cambio de modelo en la formación a nivel global, más flexible, en el que siempre se está aprendiendo, lejos ya del modelo de formación inicial, más lineal y marcado. Se difuminan los límites y la formación es para toda la vida, porque se ha convertido en un requisito. También habló de nuevas necesidades del mercado: la resiliencia, la formación en TIC... Parafraseando a Arnaud Amaury en la cruzada albigense (aunque hay serias dudas de la veracidad de esta frase), Galindo afirma lo siguiente: "Aprobadlos a todos y que el mercado reconozca a los suyos". 

Carlos Gallego, profesor de lengua y literatura, considera que la nueva ley expulsa a un tipo de profesor, el que no comulga con las "metodologías activas", cuando la diversidad metodológica es necesaria. La gran perjudicada en esta política educativa, según Carlos, es la clase media. El curriculum está hinchado, y el problema es cómo proyectarlo en la práctica.

Por último, Andrés Rivera, profesor de primaria conocido como @followero en Twitter, nos habló de la situación en esta etapa, donde, en su opinión, se aceptan los postulados tendentes a trabajar de una manera más laxa, incluso basándose en ocurrencias. Mostró una posición crítica hacia la bajada de nivel y hacia la concepción de muchos docentes sobre el aprendizaje, al que no valoran en su medida, prefiriendo centrarse en el vaporoso mundo de las emociones.

Es cierto que en primaria hay una relajación de los aprendizajes, coincido con Andrés, y un deslizamiento hacia el entretenimiento. Falta reflexión, entiendo yo, acerca del papel real de la escuela y si conviene reforzar aspectos ya suficientemente practicados fuera de la misma. En las aulas se debe dar el aprendizaje relevante, y es tarea nuestra, de los docentes, buscar las mejores maneras para que se produzca. Evidentemente, acompañamos y guiamos al alumnado en este proceso, y ellos han de tener el papel protagonista. No sería justo ni útil que la exigencia que queremos para ellos no empezara por nosotros, el profesorado. O, dando la vuelta al argumento, que relajáramos esa exigencia porque así nosotros también nos relajamos. Pedir mucho y dar poco no sirve; pedir poco y dar poco, tampoco. La coherencia es valorada por alumnado y familias, también en primaria. 

Hasta aquí la crónica, necesariamente incompleta, de lo que se habló en el edificio de la UGT en Valencia. Una oportunidad de escuchar a un sector de la educación posicionado en contra de los postulados de la LOMLOE y beligerante acerca de los ámbitos en secundaria y del ABP. Espero haber captado la esencia de lo argumentado y, aunque discrepe en aspectos concretos, haber podido dar fe del evento.

jueves, 2 de junio de 2022

Jornadas OCRE en Valencia: un resumen (I)

 El sábado 21 de mayo se celebró en Valencia un Congreso de Expertos Educativos organizado por la recientemente creada asociación OCRE (Observatori Crític de la Realitat Escolar) al que asistí. Dicho congreso constó de una ponencia marco, a cargo de Juan Quílez, y cuatro mesas redondas con participación de profesorado en activo sobre todo de secundaria. También participó un docente de primaria y otro de universidad.

En este evento tuve la oportunidad de conocer en persona a docentes con los que interacciono habitualmente en Twitter, y ese fue, no voy a negarlo, uno de los mayores alicientes para acudir. También me interesaba escuchar a destacados portavoces de la oposición a los ámbitos de aprendizaje en la educación secundaria, entre otros temas. De hecho, OCRE se ha manifestado y posicionado contra los ámbitos obligatorios en primero de ESO en la Comunidad Valenciana.

He de reconocer que, medio en broma, me sentía como un inflitrado en la convocatoria, ya que no soy de secundaria, ni estoy en contra de los ámbitos (vistos desde fuera, como los veo yo) y además... soy pedagogo. No ejerciente, ya que trabajo como maestro de primaria, pero quien tuvo retuvo. Y no puedo evitar (ni quiero) una mirada pedagógica sobre lo educativo, más allá de lo burocrático, la práctica en el aula y los comentarios frente a la máquina de café en la sala de profes.

Imagen incluida en la ponencia de Juan Quílez 
A continuación intentaré dar unas pistas sobre lo visto y oído en la sede de UGT Valencia, donde se desarrollaron las ponencias y mesas redondas. Es imposible resumir en un artículo tantas intervenciones, ya que fueron dieciséis participantes en las diversas mesas, además de la ya mencionada ponencia inaugural. Por tanto, dividiré esta crónica personal en dos artículos. 

La primera mesa redonda me pareció muy interesante, ya que debatía sobre políticas y soberanía educativa. Siempre he pensado que a los docentes, en general, nos falta perspectiva porque estamos centrados en el aula. Si la visión docente llega hasta la última fila de pupitres, es evidente que falta campo de visión. Atención, no porque haya que desatender al alumnado, sino que para comprenderlo se debe ir más allá de la clase. En lugar de tantas ocurrencias con poca base demostrada, sería interesante plantear formación permanente que estudiara la postmodernidad, por ejemplo, o la disolución de las instituciones clásicas, entre ellas la escuela, que van pasando de estado sólido a líquido, recordando las tesis de Bauman. La sociología escolar, esa desconocida, explica mucho de lo que ocurre (y de lo que no ocurre) en la escuela.

Xavier Massó se remontó a Hannah Arendt para hablar de la educación como una parte separada del resto de la esfera pública, para tener un sistema educativo basado en la autoridad y la tradición, en la que los adultos toman la responsabilidad de pasar a la juventud lo valioso de la civilización, aquella síntesis que merece ser conservada.

También habló de que hay un consenso tácito en el modelo que se quiere implantar, el elaborado por la OCDE, en el que a España le corresponde un sistema educativo "de chanclas".

Andreu Navarra, por su parte, aboga por recuperar la escuela realista clásica, en la que el alumnado sea capaz de refutar a sus maestros. Citó alguna obra breve de Marina Garcés que he leído, Nueva ilustración radical, y otra que no,  En las prisiones de lo posible, sobre saber y emancipación, no específicamente dedicado a lo educativo. Se refirió a la falta de democracia en los centros, con los claustros "desaparecidos" y convertidos en lugares de transmisión de órdenes y consignas.

Laura Rodríguez se refirió a la relación entre autonomía y soberanía, incidiendo en la descentralización de políticas educativas, que se sustancian en cuatro niveles: regional, local, de escuela y de aula. En España se han potenciado el regional y el de centros. Con esas prácticas, el alumnado se convierte en clientela a la que atraer. Se pregunta Laura qué sistema educativo buscamos, si el de autonomía para la competición o el de igualdad sin uniformidad. Una dicotomía que define un modelo educativo y que me hizo pensar. 

Por último, Pascual Gil habló de la inteligencia emocional, a la que definió como un gigante con pies de barro. Tras esta apuesta subyace, según este docente, la intencionalidad del neoliberalismo de crear un sujeto adaptable. Adolece, además, de falta de rigor científico, ya desde su popularización con la obra de Daniel Goleman, e incluso antes.

En los comentarios, se preguntó qué le ha pasado a la izquierda española para abrazar postulados propios de la visión educativa neoliberal. Laura Rodríguez afirmó que es una tendencia global, a partir de la influencia de ciertas universidades norteamericanas ligadas históricamente al Partido Demócrata. Concluyó esta autora afirmando que no hay alternativa, hay alternancia.

Como se puede observar, fue una mesa redonda con muchas aportaciones y necesaria, a mi entender, para situar lo que vino después, más centrado en la escuela y en el aula. 

Por mi parte, también escribí unas reflexiones acerca de la intervención de Laura Rodríguez y la descentralización educativa, un tema que hemos dado por hecho y, tal vez por esto mismo, no se ha estudiado demasiado, o es mi percepción. La autonomía de centros sin supervisión efectiva puede ser peligrosa, ya que supondría dejar los centros educativos a su suerte. Una vez más, se habla poco del papel de la inspección de educación, cuando me parece fundamental como garante del funcionamiento ordenado del sistema. 

Por otra parte, la LOGSE implantó una autonomía de centro curricular, el Proyecto Curricular de Centro, PCC, que fue visto más como una imposición que como una posibilidad en muchas escuelas: se dotó de una autonomía que no se demandaba, y por tanto, su impacto fue escaso en una generalidad de colegios donde imperaban los libros de texto como mediadores entre curriculum y docencia.

En la actualidad, vamos hacia una descentralización efectiva, basada en la diferenciación de ofertas educativas, en un sistema hiperregulado (hay inflación de normativas) pero poco supervisado. Saquen sus conclusiones.

Crónica de la II Edujornada... desde la distancia

  Hace unos días se ha celebrado en Madrid la segunda Edujornada, en el Caixaforum de la capital. Por razones personales, no he podido asist...