jueves, 2 de junio de 2022

Jornadas OCRE en Valencia: un resumen (I)

 El sábado 21 de mayo se celebró en Valencia un Congreso de Expertos Educativos organizado por la recientemente creada asociación OCRE (Observatori Crític de la Realitat Escolar) al que asistí. Dicho congreso constó de una ponencia marco, a cargo de Juan Quílez, y cuatro mesas redondas con participación de profesorado en activo sobre todo de secundaria. También participó un docente de primaria y otro de universidad.

En este evento tuve la oportunidad de conocer en persona a docentes con los que interacciono habitualmente en Twitter, y ese fue, no voy a negarlo, uno de los mayores alicientes para acudir. También me interesaba escuchar a destacados portavoces de la oposición a los ámbitos de aprendizaje en la educación secundaria, entre otros temas. De hecho, OCRE se ha manifestado y posicionado contra los ámbitos obligatorios en primero de ESO en la Comunidad Valenciana.

He de reconocer que, medio en broma, me sentía como un inflitrado en la convocatoria, ya que no soy de secundaria, ni estoy en contra de los ámbitos (vistos desde fuera, como los veo yo) y además... soy pedagogo. No ejerciente, ya que trabajo como maestro de primaria, pero quien tuvo retuvo. Y no puedo evitar (ni quiero) una mirada pedagógica sobre lo educativo, más allá de lo burocrático, la práctica en el aula y los comentarios frente a la máquina de café en la sala de profes.

Imagen incluida en la ponencia de Juan Quílez 
A continuación intentaré dar unas pistas sobre lo visto y oído en la sede de UGT Valencia, donde se desarrollaron las ponencias y mesas redondas. Es imposible resumir en un artículo tantas intervenciones, ya que fueron dieciséis participantes en las diversas mesas, además de la ya mencionada ponencia inaugural. Por tanto, dividiré esta crónica personal en dos artículos. 

La primera mesa redonda me pareció muy interesante, ya que debatía sobre políticas y soberanía educativa. Siempre he pensado que a los docentes, en general, nos falta perspectiva porque estamos centrados en el aula. Si la visión docente llega hasta la última fila de pupitres, es evidente que falta campo de visión. Atención, no porque haya que desatender al alumnado, sino que para comprenderlo se debe ir más allá de la clase. En lugar de tantas ocurrencias con poca base demostrada, sería interesante plantear formación permanente que estudiara la postmodernidad, por ejemplo, o la disolución de las instituciones clásicas, entre ellas la escuela, que van pasando de estado sólido a líquido, recordando las tesis de Bauman. La sociología escolar, esa desconocida, explica mucho de lo que ocurre (y de lo que no ocurre) en la escuela.

Xavier Massó se remontó a Hannah Arendt para hablar de la educación como una parte separada del resto de la esfera pública, para tener un sistema educativo basado en la autoridad y la tradición, en la que los adultos toman la responsabilidad de pasar a la juventud lo valioso de la civilización, aquella síntesis que merece ser conservada.

También habló de que hay un consenso tácito en el modelo que se quiere implantar, el elaborado por la OCDE, en el que a España le corresponde un sistema educativo "de chanclas".

Andreu Navarra, por su parte, aboga por recuperar la escuela realista clásica, en la que el alumnado sea capaz de refutar a sus maestros. Citó alguna obra breve de Marina Garcés que he leído, Nueva ilustración radical, y otra que no,  En las prisiones de lo posible, sobre saber y emancipación, no específicamente dedicado a lo educativo. Se refirió a la falta de democracia en los centros, con los claustros "desaparecidos" y convertidos en lugares de transmisión de órdenes y consignas.

Laura Rodríguez se refirió a la relación entre autonomía y soberanía, incidiendo en la descentralización de políticas educativas, que se sustancian en cuatro niveles: regional, local, de escuela y de aula. En España se han potenciado el regional y el de centros. Con esas prácticas, el alumnado se convierte en clientela a la que atraer. Se pregunta Laura qué sistema educativo buscamos, si el de autonomía para la competición o el de igualdad sin uniformidad. Una dicotomía que define un modelo educativo y que me hizo pensar. 

Por último, Pascual Gil habló de la inteligencia emocional, a la que definió como un gigante con pies de barro. Tras esta apuesta subyace, según este docente, la intencionalidad del neoliberalismo de crear un sujeto adaptable. Adolece, además, de falta de rigor científico, ya desde su popularización con la obra de Daniel Goleman, e incluso antes.

En los comentarios, se preguntó qué le ha pasado a la izquierda española para abrazar postulados propios de la visión educativa neoliberal. Laura Rodríguez afirmó que es una tendencia global, a partir de la influencia de ciertas universidades norteamericanas ligadas históricamente al Partido Demócrata. Concluyó esta autora afirmando que no hay alternativa, hay alternancia.

Como se puede observar, fue una mesa redonda con muchas aportaciones y necesaria, a mi entender, para situar lo que vino después, más centrado en la escuela y en el aula. 

Por mi parte, también escribí unas reflexiones acerca de la intervención de Laura Rodríguez y la descentralización educativa, un tema que hemos dado por hecho y, tal vez por esto mismo, no se ha estudiado demasiado, o es mi percepción. La autonomía de centros sin supervisión efectiva puede ser peligrosa, ya que supondría dejar los centros educativos a su suerte. Una vez más, se habla poco del papel de la inspección de educación, cuando me parece fundamental como garante del funcionamiento ordenado del sistema. 

Por otra parte, la LOGSE implantó una autonomía de centro curricular, el Proyecto Curricular de Centro, PCC, que fue visto más como una imposición que como una posibilidad en muchas escuelas: se dotó de una autonomía que no se demandaba, y por tanto, su impacto fue escaso en una generalidad de colegios donde imperaban los libros de texto como mediadores entre curriculum y docencia.

En la actualidad, vamos hacia una descentralización efectiva, basada en la diferenciación de ofertas educativas, en un sistema hiperregulado (hay inflación de normativas) pero poco supervisado. Saquen sus conclusiones.

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