miércoles, 27 de mayo de 2020

Sintaxis en primaria y otras tradiciones escolares

De vez en cuando, resurge un debate en Twitter sobre la importancia del estudio de la sintaxis en educación primaria (de momento, en infantil todavía no se ha mencionado, pero dadle tiempo a los neuroentusiastas). Esta controversia se ve también en las reuniones de transición entre primaria y secundaria, y la he hablado con profesores de lengua y literatura de ESO y Bachillerato, con los que suelo juntarme en encuentros educativos, jornadas y en algún bar, también. Antes más que ahora, claro, con esta nueva normalidad tan anormal.
En general, los docentes de secundaria nos admonizan sobre la necesidad de un buen nivel de lectura, una escritura legible y mínimamente coherente en el alumnado que pasa a ESO; y nos dicen que la sintaxis es cosa suya, de secundaria. Recuerdo una conversación con una vieja amiga (es la amistad la que tiene edad, ella no tanto), profesora de valenciano en un IES, que me decía eso mismo: nivel de lectura comprensiva, estructura mínima de un texto, puntuación, cohesión, coherencia expresiva, y que de los conceptos sintácticos ya se ocupan en secundaria. Supongo que de la lectura, de crear afición a la misma y futuros lectores, también se ocuparán con ahínco. 
Y estoy de acuerdo en que magnificar el análisis sintáctico en primaria no sirve para demasiado. Sobre todo, si se aplica un enfoque mecánico, muchas veces propuesto por los libros de texto, que no promueve la reflexión sobre el lenguaje y sus relaciones. Con un dudoso afán de facilitar el aprendizaje, se proponen estructuras sintácticas idénticas en las que, por ejemplo, el sujeto va delante, seguido del verbo. Pero el castellano, o el catalán, no son el alemán, lengua en la que el verbo siempre va en segundo lugar en oraciones enunciativas. Nuestras lenguas tienen una estructura más libre, y se puede decir: Alberto viene el lunes o El lunes viene Alberto. El alumnado de primaria puede identificar el inicio de la oración como sujeto (porque no hay reflexión acerca de la relación entre la acción del verbo y quién la hace, u otra más profunda sobre la concordancia verbal) y decir que Alberto es el sujeto de la primera oración, pero, ay, El lunes lo es en la segunda. Y no, el sujeto siempre es el mismo, Alberto. Es lo que ocurre cuando las actividades se plantean de manera inadecuada (o que llevan a conclusiones inadecuadas, habría que decir). Tal vez hay una lógica subyacente en la manera de resolver la sintaxis en primaria, una lógica que vemos en otras áreas, como en matemáticas, que no es la docente. Por ejemplo, en matemáticas gran parte del alumnado resuelve una multiplicación por 50, por 30, colocando una primera fila de ceros. Yo he sido profe de mates del mismo grupo durante tres años, de tercero a quinto. Nunca he enseñado la multiplicación así, y me encontraba operaciones hechas de esa manera. O sea, que no procedían de mi enseñanza, claramente. Un misterio.
Volviendo a la sintaxis, nos sitúa mucho en el debate el papel que ocupa en el currículum actual de las áreas lingüísticas de primaria. Sólo uno de los cinco bloques de contenido (Conocimiento de la lengua) contempla, entre otras muchas cuestiones, la reflexión sintáctica sencilla en un nivel como cuarto de primaria: Reconocer la concordancia de los elementos constitutivos de la oración para construir oraciones simples adecuadas al nivel, detectar errores y resolver las dudas a través de un proceso guiado de reflexión individual y colectiva. Y hace ya un montón de años que autores como Daniel Cassany escribieron libros como "Ensenyar llengua", en Graó, a favor de la comprensividad de lo lingüístico en las etapas obligatorias.
Y, como vemos, el curriculum ha ido en ese sentido; pero, atención, he visto actividades de segundo de primaria que proponen la identificación del sujeto y de predicado, cosas rarísimas para una personita de siete u ocho años, incluso desde el punto de vista del significado.
Y todo este esfuerzo, ¿por qué? y sobre todo, ¿para qué? Tengo una teoría: porque es muy fácilmente evaluable. El sujeto siempre es el sujeto, aquí y en Pequín (supongo yo), y el atributo lo mismo. Si, además, las actividades salen como churros en los manuales de texto, pues la tarea docente se simplifica. Y la sintaxis tiene algo de matemático, de exacto, que la prestigia, sin duda. Desde el nombre hasta su demostración en la pizarra. Luego, cuando se estudia más -y es lo que les ocurre a los lingüistas- se ve su gran complejidad, y su encanto verdadero: permite la reflexión sobre las relaciones en la oración y entre oraciones, que hace disfrutar a los que les gusta. 
La comodidad del estudio superficial de la sintaxis en primaria ha ocultado, sin duda, otras facetas importantes, fundamentales, de la lengua; pero, como hemos dicho, no es el curriculum oficial el que lo perpetúa, sino el oculto, ese que parece indeleble en la tradición docente. Siendo sinceros, es más sencillo corregir una estructura 
SN Suj + VCop + SAdj Atributo que un texto argumentativo o una descripción de la habitación. 
En mis años de trabajo, me he encontrado con alumnado de quinto que no había hecho una redacción en su vida escolar. Recuerdo que yo me desesperaba cuando veía sus producciones, hasta que un día pregunté: Pero, ¿vosotros habéis hecho alguna vez una redacción? Y me dijeron que no. Inmediatamente les pedí disculpas. No era su fallo, era de la escuela. Como tantas veces. Y otra conclusión es que las composiciones se hacen en clase, se anuncian con tiempo y se anima al alumnado a que se documente o haga un pequeño guión. Porque en casa muchas veces hay que felicitar a los progenitores, en vez de al alumno. Recuerdo un poema en quinto de primaria, en el que devolví el trabajo así: Felicita a tus padres de mi parte.
En cambio, sí veo interesante y esclarecedor el conocimiento de la morfología del idioma, de las categorías gramaticales. Aprovecho para decir que, si hiciéramos una encuesta en una calle concurrida de cualquier ciudad (no a la puerta de una facultad de Filología) y preguntáramos cuántas categorías gramaticales recuerda el desocupado paseante, nos llevaríamos una sorpresa: quizás llegaría a cuatro, y dudando más que otra cosa. En primaria entiendo que es positivo conocer y saber utilizar (muy importante esto último) el adjetivo, el adverbio, el determinante... A tal efecto, voy a confesar una cosa: en tantos años de profesión, no sé si algún alumno de cuarto de primaria ha entendido qué es un determinante, porque es un concepto complicado; otra cosa es que lo utilicen correctamente. Y si hablamos ya de cuando es pronombre determinante... No estoy hablando de bajar el nivel, sino de adecuar la reflexión a la capacidad del alumnado. Y de situar esa reflexión en el curriculum general de lengua; porque puede ser que, por desgracia, ni aprendan lo uno (morfosintaxis) ni lo otro (todo lo demás, tan fundamental).

1 comentario:

  1. Interesante, Salva: uso de la lengua, qué es enseñar lengua, tradiciones ("siempre se ha hecho así y se aprende"...)

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