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Muchas han sido las iniciativas que, desde la administración educativa, se han propuesto actualizar la práctica del profesorado. Si hacemos un poco de memoria, ya la LGE apostaba por mejorar los materiales (aquella "pedagogía de fichas" que yo recuerdo haber visto siendo alumno de EGB) y por incorporar la programación según parámetros técnicos. De hecho, fue una modernización del sistema educativo, en la que desaparecieron las reválidas, ahora infelizmente recuperadas.
Fue sobre todo la LOGSE la ley que intentó dotar de una base psicopedagógica consistente -el constructivismo- a lo que había sido una enseñanza transmisiva-reproductiva, que esperaba obtener los mismos resultados, al mismo tiempo y con los mismos materiales, de unos alumnos, tomados como un grupo homogéneo, en base a la edad y a la vecindad, como criterios más extendidos. De ahí la crítica de Gimeno Sacristán, entre otros, a la pedagogía por objetivos, basada en modelos conductistas.
He de reconocer que el constructivismo, como base sobre la que hacer descansar la enseñanza y el aprendizaje, me convence. La estructura reticular de la memoria, el enganche de los nuevos conceptos en una red conceptual que se va ampliando y ramificando, son metáforas que explican la expansión del conocimiento, así como la profundización en el mismo según se va avanzando en el sistema educativo.
Entraron, y en ocasiones incluso permanecen hasta hoy, los mapas conceptuales, los conocimientos previos, estrategias como el trabajo por esquemas, que organiza la información aumentando su valor, puesto que relacionan, no sólo acumulan, y permiten itinerarios de más sencillo a más complejo, o viceversa. Si a esto añadimos las grandes posibilidades que aportan las TIC a la hora de buscar información, vemos que, más que aprender unos contenidos textuales, el reto está en construir mapas conceptuales consistentes, que se puedan interiorizar, comprender, ampliar.
Las competencias básicas -ahora, en la nueva ley, competencias clave- han sido el último intento de la administración para dotar a la práctica de un sustento reflexivo basado, más que en cómo adquieren los conocimientos los alumnos, en qué se supone que han de saber para desenvolverse en la vida. Ha habido, evidentemente, un transvase del énfasis que ponía la LOGSE en el proceso de aprendizaje -el constructivismo- a un análisis transversal del curriculum, buscando su utilidad en forma de competencias. Pero las CCBB no constituyen una reflexión acerca de cómo se aprende (y se enseña), sino de qué es útil, según parámetros no educativos.
Tomado de http://academicomanueltipan.blogspot.com/ 2014_04_01_archive.html |
El profesorado no debería extrañarse demasiado: hemos dejado gran parte de nuestra profesionalidad en manos de las editoriales (hábiles confeccionadoras de programaciones didácticas, por ejemplo); hemos desechado los cambios metodológicos -en especial, el modelo constructivista- y somos incapaces, tantas veces, de hablar de metodología con un espíritu abierto a la modificación de prácticas, a la adopción de nuevas técnicas o estrategias, más allá de recetas puntuales. Si perdemos la reflexión metodológica (el cómo hacer en el aula), ¿qué nos queda ya, en un sistema educativo que marca el qué, el cuándo y el por qué? No se trata de ser un teórico en el aula. Se trata de dejar de dar patadas a las aportaciones teóricas. Para comprender la práctica.
No estoy del todo de acuerdo en que las competencias básicas definan lo que es útil según parámetros no educativos, creo que dependen más bien de la firma en que cada profesor las trabaje. Entiendo que te refieres más bien a la influencia de PISA, por ejemplo, al afirmar algo así.
ResponderEliminarPor lo demás, buen artículo, ¡enhorabuena! No puedo estar más de acuerdo con el último párrafo.
Gracias por tu comentario. Con la referencia a las CCBB me refiero a que, si no estoy equivocado, su origen está en el proyecto DeSeCo, redactado a instancias de la OCDE (que, efectivamente, también sustenta las pruebas PISA). Y la relevancia está en qué aprender, no en cómo (de ahí el cambio de perspectiva como referencia pedagógica). No es tanto una crítica al enfoque por competencias, como una constatación de que no hay una teoría del aprendizaje detrás, más allá de la utilidad del mismo.
EliminarUno de los hábitos del pensamiento, de lo que entendemos por pensar, consiste en recolectar piezas y buscarles acomodo entre las que ya se tienen, reforzando o perfeccionando una estructura que, en sus líneas generales, hace tiempo que se dio por concluida. Con ello se alimenta de datos, hechos y opiniones que dan continuidad y refuerzan lo que ya se pensaba. Esto parece indicar que el funcionamiento cerebral es redundante y modular, con lo que el acierto educativo consistiría en elegir y proporcionar las piezas adecuadas. Cuantas más piezas y mejor encajadas tanto más éxito se tendría.
ResponderEliminarPor otro lado, aunque pensamos con palabras, el pensamiento se elabora a partir de las sensaciones y está muy condicionado por las emociones, por eso, además de palabras manejamos símbolos y utilizamos el Arte para expresar lo que no recogen las palabras; por eso, también, un olor, un sabor, una imagen o una palabra son capaces de evocar circunstancias, sensaciones y emociones que se produjeron en otro momento, y también de provocarlas. Todo ello sugiere un proceso holográfico de generación del pensamiento, un intento de síntesis de todo lo que se tiene y se recibe. Y si esto fuera cierto, si el funcionamiento de nuestro cerebro fuera holográfico, global, estaríamos cometiendo un gran error al mantener un sistema educativo que se basa en la disección y la disociación. En sentirnos separados de lo que nos rodea, yo y todo lo demás, y en sentirnos separados en nuestro interior, mi cuerpo y lo que pienso, que también está compartimentado.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/hologramas
Muchas gracias por tu comentario, tan acertado como siempre. El conocimiento se produce por integración de experiencias (en el sentido que Dewey daba al término) y la compartimentalización en áreas o asignaturas es artificial. Últimamente, algunos enfoques buscan la multidisciplinariedad o, directamente, la investigación de un tema con los instrumentos y técnicas necesarias. El aprendizaje basado en proyectos es un buen ejemplo.
EliminarNo ha ayudado mucho al constructivismo el hecho de que haya tanta gente que aunque dice aplicarlo, no conoce que, si lo basas en conflictos cognitivos, entonces sí que funciona. En mi opinión, el elemento principal que hace que los alumnos aprendan significativamente es la resolución, por ellos mismos, de conflictos cognitivos. Sin embargo este aspecto del constructivismo se suele ignorar cuando se trata de divulgar, y esto hace que se genere más rechazo hacia él, sobre todo entre los que criticaron la LOGSE
ResponderEliminarLa ZDP se basa, a mi entender, en un conflicto cognitivo que el alumno puede superar con ayuda primero y autónomamente después. La re-construcción de los aprendizajes, más que su mera reproducción, sigue teniendo vigencia, en mi opinión. Y hay opciones metodológicas, como el aprendizaje basado en problemas, que recogen la tradición cognitivista y el conflicto al que aludes. Gracias por comentar.
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